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El Atraco Al Alfa
Kate Rudolph
Un alfa, un ladrГіn y una aventura de toda una vida.
El alfa mantiene lo que es suyo...
Nadie roba a Luke Torres. Su fortaleza es legendaria y su manada de leones es mortГfera, lista para enfrentarse a cualquier amenaza. Cuando Luke conoce a Mel, ella lo deja impresionado con un beso abrasador, pero cuando se vuelven a encontrar, son captor y cautiva en un enfrentamiento mortal de gato contra gato.
El ladrГіn estГЎ a la altura...
Desde el momento en que Mel acepta el encargo, sabe que podrГa ser imposible. Pero para la principal ladrona del mundo sobrenatural, hace que lo imposible sea un reto irresistible. Especialmente cuando el pago por este trabajo la acercarГЎ a la venganza.
Cuando el trabajo se va a la mierda, se encuentra en la boca del lobo y se enfrenta al hombre mГЎs seductor que jamГЎs haya conocido.
ВїPodrГЎ terminar el trabajo antes de que algo mГЎs resulte mal?
El Atraco al Alfa
ГЌndice
El Atraco al Alfa (#ue3fadf4a-f247-5d22-b867-b2c5f2686ccb)
Por Kate Rudolph (#ub90bca49-b1c0-5aa5-80ad-4664aad22e55)
1. CapГtulo Uno (#u418a9564-de49-5756-b8cc-408d609cd586)
2. CapГtulo Dos (#u18c2b1a3-b15e-58bd-a856-850a90b38aa0)
3. CapГtulo Tres (#u64d32d92-d416-5af2-9c58-d58a8d80170e)
4. CapГtulo Cuatro (#u1a54317a-8411-53bf-a3c6-0efe5cbe83a1)
5. CapГtulo Cinco (#ud961b8f7-b7fe-5c23-a7ab-9c981a9e3820)
6. CapГtulo Seis (#u71395515-9422-5e98-830c-59e12f169d53)
7. CapГtulo Siete (#u026020ab-9f50-567b-b141-4422a544754c)
8. CapГtulo Ocho (#ueef2906c-c361-55d0-b9a7-cea5b4626794)
9. CapГtulo Nueve (#u3bff5ab5-54d1-533f-b04b-18c287a1b5a6)
10. CapГtulo Diez (#ud6e2ef31-f15a-5924-8e81-ecbfa5b9f52b)
11. CapГtulo Once (#u18d6a5c3-deae-5708-9260-cfd875591965)
Acerca de Kate Rudolph (#u39747da5-cbce-5043-b566-9fcbbd9fbe69)
TambiГ©n de Kate Rudolph (#u135a92c4-cb41-5da8-8766-0eebe3e7fd75)
El Atraco al Alfa
El alfa mantiene lo que es suyo...
Nadie roba a Luke Torres. Su fortaleza es legendaria y su manada de leones es mortГfera, lista para enfrentarse a cualquier amenaza. Cuando Luke conoce a Mel, ella lo deja impresionado con un beso abrasador, pero cuando se vuelven a encontrar, son captor y cautiva en un enfrentamiento mortal de gato contra gato.
El ladrГіn estГЎ a la altura...
Desde el momento en que Mel acepta el encargo, sabe que podrГa ser imposible. Pero para la principal ladrona del mundo sobrenatural, hace que lo imposible sea un reto irresistible. Especialmente cuando el pago por este trabajo la acercarГЎ a la venganza.
Cuando el trabajo se va a la mierda, se encuentra en la boca del lobo y se enfrenta al hombre mГЎs seductor que jamГЎs haya conocido. ВїPodrГЎ terminar el trabajo antes de que algo mГЎs resulte mal?
Por Kate Rudolph
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The Alpha Heist В© Kate Rudolph 2015.
DiseГ±o de portada por Kate Rudolph.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta historia puede ser utilizada, reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, sin el permiso por escrito del titular de los derechos de autor, excepto en el caso de breves citas mencionadas en reseГ±as y artГculos.
Este libro es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, lugares y eventos son producto de la imaginaciГіn de la autora o han sido utilizados de manera ficticia y no deben interpretarse como reales. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas, situaciones actuales, lugares u organizaciones es meramente una coincidencia.
Publicado por Kate Rudolph.
www.katerudolph.net (https://www.katerudolph.net)
TraducciГіn del inglГ©s por Elizabeth Garay
garayliz@gmail.com
Creado con Vellum (http://tryvellum.com/created)
1
CapГtulo Uno
El trabajo se fue a la mierda instantes despuГ©s de que Mel tomГі la unidad flash de la bГіveda. Y bГіveda era un tГ©rmino muy sobrevalorado para esa lamentable excusa de caja fuerte. Todo esto deberГa haber sido mucho mГЎs complicado. Por lo que podГa decir, la empresa estaba dirigida por un grupo de cientГficos que no tenГan ni idea acerca de seguridad real.
Tanto mejor para ella.
AГєn mejor, la ridГcula seguridad lo convertГa en un trabajo de un solo hombre, o mujer. MГЎs dinero para ella y menos personas propensas a estropear algo. Tal como a ella le gustaba. Mientras corrГa por el Гєltimo pasillo del edificio, no se permitiГі pensar acerca de cГіmo Krista y Bob podrГan haberle puesto las cosas un poco mГЎs fГЎciles. Era perfectamente capaz de trabajar sola, y lo habГa hecho durante un tiempo.
Los ladridos de los perros precedieron a las pisadas de los guardias de seguridad. Sin problemas, Mel podГa dejar atrГЎs a los guardias. Los perros eran otro asunto. Esperaba que no la alcanzaran. Ella tenГa colmillos mГЎs afilados y garras mucho mГЎs desagradables, pero la violencia contra los inocentes nunca habГa sido una opciГіn. Lo harГa si fuera necesario, pero los animales no se lo merecГan.
ВїQuГ© diablos habГa activado esa maldita alarma?
AtravesГі de golpe las puertas dobles, apenas sintiendo el impacto antes de correr a toda velocidad por el estacionamiento, con la Гєnica luz proveniente de las dГ©biles farolas. Mel se habrГa estado pateando ella misma si hubiera podido ahorrar energГa. Su auto estaba a casi medio kilГіmetro de distancia. No habГa motivo alguno por el que deberГa haber tenido que correr esa distancia. Estaba segura de que ella no habГa disparado ninguna alarma.
Y, sin embargo, aquГ estaba, corriendo como loca para huir de la escena.
Pero, bueno, lo harГa. La otra Гєnica posibilidad era ser capturada por idiotas humanos y sus mascotas. O, matarlos a todos. Ninguna opciГіn la atraГa, asГ que serГa correr endemoniadamente. DejГі atrГЎs el estacionamiento y llegГі a la hierba del pequeГ±o bosque que bordeaba la oficina. Este campo se integraba a la perfecciГіn con la naturaleza para proporcionar un hГЎbitat mГЎs saludable a los empleados. Mel aГєn no habГa visto que un edificio corporativo lograra integrarse con Г©xito con la naturaleza, y esta instalaciГіn de investigaciГіn no era diferente.
Los grillos chirriaron y las criaturas nocturnas se ocultaron cuando pasГі junto a ellos. Igual lo habrГan hecho si ella fuera una persona normal, pero su olor se sumaba a su confusiГіn, lo que debiГі haberlos asustado aГєn mГЎs. La media luna estaba en lo alto, brindГЎndole una moteada luz, mГЎs que suficiente para atravesar el bosque.
Aunque ella podГa ver con claridad, los guardias de seguridad no. SeguГa escuchГЎndolos, pero habГa desacelerado su carrera. AsГ tambiГ©n los perros. Muy bien.
DespuГ©s de correr unos pocos metros mГЎs, el silencio la envolviГі. El bosque tenГa el mismo aspecto, pero todo el sonido se desvaneciГі. Mel mirГі detrГЎs de ella y vio el mГЎs tenue resplandor del aire. LevantГі la mano lentamente y empujГі hacia adelante. El aire se resistiГі.
Una protecciГіn.
PodrГa haber empujado mГЎs; esto no estaba destinado a mantenerla prisionera. Pero su curiosidad la superГі. В«MuГ©strate, brujaВ». DejГі que la amenaza se mostrara en su voz. No era un gruГ±ido.
Una mujer saliГі de entre las sombras. «¿Realmente asГ te vas a dirigir a mГ, Mellie?В». ParecГa tener unos cuarenta aГ±os, aunque Mel nunca se habГa enterado de su edad exacta. Cualquiera con magia podГa lanzar un hechizo y parecer tan viejo como quisiera. Las apariencias no significaban nada cuando una persona podГa tener treinta o trescientos aГ±os. La mujer vestГa pantalones negros y una blusa gris oscuro, mucho mejor para adaptarse tan tarde en la noche. Su Гєnica joya era un par de sencillos aretes de diamantes casi oscurecidos por el cabello castaГ±o que le caГa por los hombros.
Algunas cosas encajaban mejor ahora. В«Hola, Tina. ВїTГє activaste la alarma?В». Estaba sorprendida de su propio desprecio, hacГa mucho que estaba acostumbrada a las payasadas de Tina.
Tina reГa, con una carcajada que habrГa resonado en el bosque si no fuera por la protecciГіn. В«QuizГЎs te estГЎs volviendo descuidadaВ».
Mel se tragГі la respuesta que desesperadamente querГa darle. В«Si soy descuidada, Вїpor quГ© me ofreces un trabajo?В».
Tina se llevГі una mano al pecho y se quedГі boquiabierta: parecГa la imagen de la inocencia. В«Estoy dolida, querida. Tal vez solo querГa hablarВ».
«¿En medio de un bosque con guardias persiguiéndome?». Mel se apoyó contra uno de los robustos robles, accediendo. «Bien, hablemos».
Tina se echГі el cabello hacia atrГЎs de los hombros y puso sus manos en su cintura. В«La Esmeralda EscarlataВ».
Si Mel hubiera estado sosteniendo algo, lo habrГa dejado caer. Tal como estaba, apenas mantuvo su expresiГіn neutral. «¿QuГ© te hace pensar que no me insulta esa sugerencia?В». La Esmeralda Escarlata era legendaria entre las criaturas con forma cambiante, los cambiaformas.
Tina se burlГі. В«Por favor, harГas cualquier cosa si el precio fuera el correctoВ».
Ese pequeГ±o comentario hizo que Mel quisiera rechazar por completo todo. ВїQuiГ©n diablos se creГa Tina que era? AlgГєn ladrГіn de poca monta que no podГa ser una bruja. No una poderosa, de todos modos. Pero Mel no estaba lista para quemar ese puente. No ahora. В«QuizГЎs haya, quizГЎs, tres personas que podrГan lograrlo. Y esto es todo lo que se me ocurreВ». Ella levantГі un dedo, В«Hace dos aГ±os, Cyn fue cazada por vampiros, ella estГЎ fuera de combate. La Reina de Hielo ni siquiera lo intentarГa. Eso me deja a mГ. Y una vez que me descubran, habrГЎ una recompensa por mi cabeza lo suficientemente grande como para comprar Kansas. No estoy interesadaВ».
«¿Le tienes miedo a ese gatito?В». El desdГ©n brotaba de la voz de la mujer mayor. В«Torres, a pesar de su castillo, no podrГa mantenerte fuera si lo intentaraВ».
Luke Torres, el alfa de un pequeГ±o clan de gatos, era el actual propietario de la Esmeralda Escarlata. Todos lo sabГan. Sin investigaciГіn, Mel no sabrГa mucho mГЎs. Obviamente, podГa soportar cualquier cosa en una pelea, y su seguridad tenГa que ser de primera categorГa. Pero ella podГa vencerlo.
Aunque no iba a hacerlo, ya que eso incluГa una sentencia de muerte.
«¿Ni siquiera quieres conocer el precio?», Tina arqueó una ceja. Con un destello de sus manos, colgó un diamante puro suspendido en un colgante de platino. «Por las molestias».
Inconscientemente y con el corazГіn acelerado, Mel lo alcanzГі. Pero Tina se lo arrebatГі de nuevo. «¿Es de Ava?В», preguntГі Mel. El odio burbujeaba en su garganta y podГa sentir cГіmo sus garras araГ±aban debajo de su piel, listas para arrancarla en el momento adecuado.
Tina sonriГі, В«SГ. Digno de un presagioВ».
Aceptar el trabajo serГa un suicidio. HarГa que la mataran, y ​​probablemente tambiГ©n a su equipo. «¿CuГЎl es el lГmite de tiempo?В». Ella solo querГa contar con mГЎs informaciГіn, sin comprometerse.
В«Tres semanasВ».
Doble suicidio. No tendrГa tiempo para prepararse antes de tener que llevarlo a cabo. В«DГ©jame sostener la gema por un minutoВ».
Tina la arrojГі y Mel la atrapГі fГЎcilmente en el aire. Era un diamante largo y delgado, engastado en platino que se retorcГa en la parte superior. La cadena era lo suficientemente larga como para llevarla entre los senos de una mujer y la gema era casi transparente. Mel la rodeГі con la mano. PodГa imaginarse a Ava usГЎndolo, con una gota de sangre adherida a la punta.
El diamante opuso un poco de resistencia a su mano. Mel lo soltГі y lo devolviГі a Tina, quien dijo В«dile a Krista que le mando saludosВ». SonriГі y se marchГі, sin esperar a que Mel confirmara que aceptarГa el trabajo.
Ambas sabГan que lo harГa desde el momento en que tocГі la piedra.
HabГa peores formas de morir.
2
CapГtulo Dos
Una semana mГЎs tarde
Eagle Creek, Colorado, contaba con dos lГєgubres moteles y un restaurante en el que Mel se sentГa lo suficientemente segura para comer. No le preocupaba la clientela, sino la comida. Y habГa sido conocida por alimentarse de las sangrientas muertes que cometГa cuando corrГa como un gato. Pero una mujer con piel humana debГa tener ciertas normas. Krista y Bob ya se encontraban en su mesa. La que estaba en la esquina mГЎs alejada, en el lado opuesto del salГіn, tanto del bar como del baГ±o.
El вЂ?Eagle Creek Bar and Grille’, la segunda E, por supuesto, hacГa que el lugar fuera elegante, aunque pequeГ±o. QuizГЎs veinte mesas y una barra robusta equipada con una docena de taburetes. PodrГa acomodar bien a los residentes del pueblo, pero los campistas que pasaban por allГ en su camino hacia las montaГ±as, probablemente no apreciarГan el encanto. Mel tampoco lo hacГa, pero era mejor que el ramen de microondas de la gasolinera.
A las siete de la noche de un martes, el lugar estaba abarrotado. Todas las mesas, menos una, estaban llenas y las meseras se movГan de un lado a otro, sirviendo bebidas y comida como si nada. Iban y venГan con los clientes, y todas esas meseras llevaban trabajando aquГ algГєn tiempo, y muchos de los clientes ya eran habituales. En un pueblo de ese tamaГ±o, tenГan que serlo.
El rudo hombre detrГЎs de la barra era un cambiaformas, probablemente un gato. Y si Mel tenГa que adivinar, tambiГ©n lo era la familia de cuatro de la mesa mГЎs cercana a la ventana. Pero ambos niГ±os eran precambiaformas. Casi ningГєn cambiaformas se veГa afectado por el cambio hasta bien entrada la adolescencia. Pero los padres no eran pareja. No es que fuera una indicaciГіn que los ojos del padre se mantenГan pegados a los senos de ella.
Todos los demГЎs eran humanos. Ella podГa decirlo con tan solo mirarlos. Con el perfume que usaba, era imposible distinguirlos por el olor. Una desventaja, pero valГa la pena, ya que a la manada le resultarГa difГcil saber que ella era una cambiaformas. A la caja registradora al frente, y a la caja fuerte probablemente asegurada en la parte trasera, tal vez atornillada al piso si eran inteligentes, les podГa sacar unos cuantos miles en cuestiГіn de minutos, pero no valГa la pena. No mientras estuvieran en el pueblo por unas semanas, ademГЎs de contar con mucho dinero en efectivo para gastar.
Vio que Krista resoplaba con impaciencia, con los brazos cruzados frente a ella. La mujer encarnaba la palabra duende. Con apenas un metro y medio de altura, cabello castaГ±o corto y puntiagudo y piel que prГЎcticamente brillaba como el bronce, parecГa una especie de ninfa punk del bosque. Y al saber exactamente lo fuerte que podГa golpear, Mel sabГa que nunca le mencionarГa eso a la mujer.
Por otro lado, Bob era ... Bob. HabГan laborado juntos en un par de trabajos antes de que ella se fuera por su cuenta, y Г©l habГa sido la primera llamada que hizo, una vez que necesitГі conformar un equipo para ella. Pero si alguien le pedГa que lo describiera, incluso mientras lo miraba directamente, no podГa hacerlo. Era un hombre de cabello castaГ±o, o era negro, tal vez rubio, y ojos ... los ojos estaban donde debГan estar, junto con la nariz y la boca. Ella pensaba que su piel era oscura, pero no podГa describir el tono. TenГa que ser un hechizo de percepciГіn, pero nunca sentГa ese pinchazo de magia que emitГa cualquier bruja normal. Y cuando se trataba de eso, siempre sabГa que Г©l era Bob y que estaba allГ para ella. No se necesitaba nada mГЎs.
Se deslizГі en el reservado frente a sus compaГ±eros. Al asentir, Krista activГі una protecciГіn de desvГo de sonido. Esta distorsionarГa todo lo que dijeran para que nadie a su alrededor pudiera entender la esencia de su conversaciГіn, pero aГєn asГ escucharГan el murmullo de sus voces. Nadie lo cuestionaba nunca y la magia era tan sutil que ni siquiera Mel, con sus sentidos altamente afinados, podГa fijarse en ello.
В«Y bueno, Вїpara quГ© nos citaste aquГ?В», preguntГі Krista. В«PensГ© que el trabajo en equipo ya no era para tiВ». HabГa algo de tensiГіn en su voz y Mel sabГa que estaba justificado.
В«Tina me ofreciГі un trabajoВ». Las cejas de Krista se dispararon incluso cuando su labio se curvГі, asГ que Mel continuГі. В«Y no hay forma en el infierno de que pueda hacerlo sola. No confГo en nadie mГЎs que ustedes dos para ayudarme a hacer estoВ».
«¿La Esmeralda Escarlata?», preguntó Bob con su voz tan uniforme como siempre. «¿Crees que deseo morir, �Gatita’?».
La mano de Mel se cerrГі en un puГ±o ante el apodo. DebГa estar realmente enojado. В«SГ. Y como pago puedes tener cualquier artГculo de mi colecciГіn que quieras. Uno para cada unoВ». DividirГa su alijo por la mitad y lo regalarГa todo para tener una oportunidad con Ava. Pero no era necesario llegar a eso.
«¿Y tuviste que traernos a territorio de los cambiaformas para hacernos la oferta?В», Krista no parecГa satisfecha. «¡Probablemente los dos rompimos tres acuerdos tan solo para volar hasta aquГ, ademГЎs de estar sentados en un bar a mГЎs de veinte kilГіmetros del castillo del Rey Gato!В». Si no fuera por la necesidad de ser discretos en el lugar, la joven habrГa golpeado la mesa con el puГ±o. В«Esto es una mierda manipuladora, Mellie, no me engaГ±as. Si me quieres para un trabajo, tan solo pГdeloВ».
Bob no dijo nada, pero asintiГі.
Mel se tomГі un momento y tratГі de liberar la tensiГіn de sus hombros. «¿Me ayudarГan a robar la Esmeralda Escarlata? No puedo hacerlo sin ustedesВ». Ni siquiera doliГі decirlo, no a Bob y Krista. Eso sГ que era una sorpresa.
Sus compañeros compartieron una sonrisa. «¿Ese diamante que es tan grande como el puño de Bob?».
Mel sabГa exactamente de quГ© estaba hablando. Se habГan necesitado seis meses de planificaciГіn para robarlo. В«Es tuyoВ». Ella mirГі a Bob.
Г‰l se encogiГі de hombros, В«Seguro que pensarГ© en algoВ». Lo harГa, siempre lo hacГa.
Ella se inclinГі hacia adelante, con los codos sobre la mesa. Casi podГa oГr la voz de su madre gritГЎndole que los retirara. В«Va a ser complicado. No hay planos en los registros, no se cuenta con detalles del sistema de seguridad. Y son cambiaformas, lo que significa que son veinte veces mГЎs difГciles de robar que cualquier otra persona, excepto tal vez en un recinto protegido por un aquelarreВ».
Krista se erizГі ante esa declaraciГіn. В«Intenta robar en un aquelarre sin que alguien rompa las proteccionesВ».
«¿No hay nada en los archivos del condado?», preguntó Bob.
Mel sonriГі, В«SegГєn los registros, el Sr. Torres vive en una casa de dos pisos de 130 metros cuadrados con tres dormitorios y dos baГ±osВ». SacГі una carpeta de su bolso y colocГі las fotos en la mesa frente a ellos.
Pero, un castillo no era el tГ©rmino correcto para el complejo de Torres. Era demasiado moderno. Todo eran lГneas rectas y cemento, ventanas pequeГ±as al nivel del suelo y un poco mГЎs grandes a partir del cuarto piso. Todo se elevaba tan alto como los ГЎrboles que lo rodeaban y, con suerte, los ГЎrboles llegaban casi hasta el lГmite del edificio. Desde una perspectiva defensiva, era una decisiГіn estГєpida, pero un gato no podГa resistir la llamada del bosque.
«Está claro, el condado ha falsificado los registros». Miró a Krista. «¿Cómo puedes hacerme entrar?».
Si bien Krista golpearГa a cualquiera que la mirara mal, su verdadero talento era el reconocimiento y la magia tГЎctica. В«Tengo algo. NecesitarГ© dos horas, deberГa poder conseguir un interior aceptableВ».
Perfecto. «¿Cuándo puedes empezar?».
Krista sonrió. «Esta noche. Llevo meses queriendo usar este bebé». A Krista le encantaba crear dispositivos mágicos que pudieran infiltrarse incluso en los lugares más seguros.
Mel se estremeciГі y mirГі a su alrededor. Un hombre con chaqueta de cuero acababa de cruzar la puerta. Cuando lo mirГі, sintiГі como si un cable vivo tocara justo en su pecho, entre otros lugares. La sola fuerza de Г©l era primitiva. Ella echГі la cabeza hacia atrГЎs. В«Parece que el grandulГіn estГЎ aquГ. ВїPuedes moverte ahora? Te darГ© algo de tiempo para que te preparesВ». Con el alfa fuera, el peligro de encubrir el lugar serГa mГnimo. Si alguien podГa hacerlo, Krista y Bob eran los indicados.
Sus cГіmplices compartieron una mirada y mantuvieron una conversaciГіn silenciosa, las expresiones parpadeaban tan rГЎpidamente que Mel no pudo determinar su significado. No era telepГЎtico, simplemente habГan trabajado juntos durante tanto tiempo que algunas conversaciones no necesitaban realizarse en voz alta. Finalmente, Bob asintiГі. Krista dijo: В«Danos todo el tiempo que puedas, pero mantenlo aquГ durante al menos veinte minutos. Nos reuniremos en la cabaГ±a en tres horasВ». Mel asintiГі. HabГa alquilado una bonita cabaГ±a de vacaciones durante un mes en las afueras de la ciudad, un poco mГЎs allГЎ del lГmite del condado del territorio de Luke Torres. Si preguntaba a las personas adecuadas sobre el atraco, terminarГa averiguando quiГ©n lo habГa hecho, pero ella no querГa hacerlo tan fГЎcil como revisar el libro mayor de los dos moteles de la ciudad.
Krista bajГі la guardia y el olor de los gatos que acababan de entrar casi la abrumГі, pero mantuvo su expresiГіn neutral. Bob y Krista salieron y Mel no los vio irse. Sus ojos se volvieron hacia el alfa.
TenГa trabajo que hacer.
Algo andaba mal en Eagle Creek (EC). Luke lo sintiГі en el momento en que entrГі al lugar. A primera vista, todo parecГa normal. Casi todos en el lugar vivГan en el pueblo, aunque en su camino a travГ©s de las montaГ±as se habГa percatado de la pequeГ±a familia que se alojaba en el Motel de Sid. Pero estaban bien, eran completamente humanos e inconscientes de que a su alrededor habГa personas que no lo eran.
Golpeó la barra donde Sinclair limpiaba la superficie brillante. «¿Alguna noticia?».
La barba del hombre cubrГa la mitad de su rostro y le colgaba varios centГmetros. Ocultaba un desagradable lГo de cicatrices y oscurecГa su mandГbula lo suficiente como para ocultar el hecho de que una vez le habГan golpeado la cara. TambiГ©n le hacГa parecer mГЎs cercano a los sesenta que a los treinta, pero eso era asunto suyo. В«Vince y los demГЎs estГЎn afuera fumando un cigarrillo. Tienen una mesa. No han empezado nada desde que llegaronВ».
Justo el grupo que necesitaba ver. Vince Hardy y compaГ±Гa eran exactamente el tipo de pequeГ±as mierdas con las que no querГa lidiar en este momento. «¿Y nuestros invitados?В».
La barba de Sinclair se moviГі mientras sonreГa, «¿QuiГ©nes?В».
Eso hizo que Luke se detuviera. Alguien debe haber llegado a la ciudad despuГ©s de recibir su actualizaciГіn. Tan loco como pareciera, con la Cumbre que se acercaba en dos semanas, necesitaba que la seguridad estuviera a raya. No habГa extraГ±os en la ciudad que Г©l no conociera, nada de sorpresas. В«SГ© sobre esa familiaВ».
Sinclair asintiГі hacia el reservado en el fondo del salГіn. В«Tres personas. Pienso que son humanos, pero no tengo claridad en una buena lectura. Deben estar de paso. No alquilaron habitaciГіnВ».
Luke mirГі hacia donde apuntaba el hombre. Una diminuta mujer estaba sentada junto a un hombre imponente, y ambos se encontraban sentados frente a una pelirroja. Lo Гєnico que podГa ver eran sus mechones rizados. Incluso entonces, solo verlos fue un puГ±etazo en el estГіmago. ApretГі el puГ±o y respirГі hondo. Claro, habГa pasado un tiempo, pero la visiГіn de su cabello no deberГa haberlo puesto nervioso.
Sus amigos se levantaron y se fueron antes de que Г©l pudiera siquiera considerar escuchar lo que estaban diciendo. Ella se quedГі atrГЎs. Vio a los otros dos salir por la salida principal, y parecГa que la pelirroja no planeaba seguirlos. Se volviГі hacia Sinclair. «¿CuГЎndo entraron?В».
El cantinero se encogiГі de hombros. «¿Hace media hora, quizГЎs una hora? Ordenaron bebidas, pero sin comida. Solo han estado hablando. EnviГ© a Lucy a su mesa, pero ella dijo que no decГan nada sospechoso. EstarГ© atentoВ».
В«HazloВ».
Vince y sus amigos regresaron y Luke casi se atraganta por el olor a tabaco. Lo desconcertaba cГіmo un hombre gato podГa fumar cigarrillos. La mГЎs mГnima bocanada lo hacГa sentir como si le ardieran las fosas nasales. Pero los chicos idiotas siempre serГan idiotas. Vince Hardy era uno de esos chicos de la mala vida a los que se les habГa dado todo y habГan decidido no hacer nada al respecto. Se habГa gastado su fondo fiduciario en alcohol y cosas lujosas y no habГa ahorrado nada para salvar su vida. Pero Luke no podГa echarlo de la manada por ser un niГ±o estГєpido. Aunque se sintiГі un poco mГЎs satisfecho con su castigo de lo que deberГa.
Se parГі en la barra y esperГі a que Vince lo viera. El niГ±o ocupaba todo el espacio que podГa. Casi se inclinГі hacia el reservado de la pelirroja para mirar por debajo de su falda. El color de su polo verde lima molestaba los ojos de Luke, y tuvo que haber pasado media hora recogiГ©ndose el cabello rubio lo suficiente para que pareciera despeinado. Vince se veГa exactamente como deberГa verse un idiota con dinero, y eso solo lo hacГa mГЎs popular.
DespuГ©s de mГЎs de dos minutos de pasear sin sentido, Vince finalmente comenzГі a prestar atenciГіn a su entorno y vio a su alfa apoyado casualmente contra la barra. Su rostro palideciГі y dos manchas rojas puntearon sus mejillas. Luke tuvo que contener una sonrisa. El chico sabГa que la habГa cagado si Luke estaba ahГ para hablar con Г©l el mismo dГa del incidente.
Mantuvo el contacto visual durante varios segundos antes de darse la vuelta y salir del bar. Vince y sus amigos lo siguieron. ConocГan las reglas.
Luke no esperГі en el estacionamiento. HabГa demasiada gente normal en el pueblo sin tener ni idea de los monstruos que vivГan entre ellos. CaminГі alrededor del costado del pequeГ±o edificio de ladrillos y esperГі mГЎs allГЎ de la alta cerca de madera que separaba la parte trasera del restaurante, de la vista de la carretera. En el verano, colocaban sillas y mesas para que los vacacionistas disfrutaran del hermoso clima de Colorado. Pero ahora que el otoГ±o se estaba acercando, las mesas estaban apiladas a un lado y solo se colocaban bajo pedido especial. Lo volvГa el lugar perfecto para reuniones como esta.
Vince se escabullГі primero, con la cabeza gacha y los hombros caГdos. Se apoyГі contra la valla y no dijo nada. Luke solo esperГі. PasГі casi un minuto antes de que Henry y Mick se les unieran. Los tres chicos esperaron a que el alfa hablara. En silencio, Luke se mantuvo durante varios minutos para que realmente se preocuparan. Les estaba jodiendo la vida y no le importaba facilitarles las cosas.
Solo después de que vio una gota de sudor formarse en la frente de Vince, habló. «¿Tienen alguna explicación?».
Si era posible, los hombros de Vince se hundieron aГєn mГЎs. Un poco mГЎs y estarГa completamente inclinado hacia adelante. В«Ella no la usabaВ», murmurГі.
Luke hizo un movimiento de barrido con la mano. «¿Ves algo de nieve en el suelo?В». No levantГі la voz. В«No tenГa que hacerloВ».
Vince tragГі fuerte y sus amigos se estremecieron. В«No, seГ±orВ».
«¿Escuchaste sonidos de angustia desde el interior del garaje de Rinna? ВїQuizГЎs un cachorro asustado?В». Se inclinГі, acercГЎndose a pocos centГmetros de la cara del chico.
В«No, seГ±orВ».
В«Entonces, Вїte importarГa explicarme por quГ© robaste la moto de nieve de una mujer e intentaste conducirla por la calle, causando miles de dГіlares en daГ±os?В». TerminГі con el mГЎs mГnimo gruГ±ido y quedГі satisfecho cuando Vince gimiГі, el sonido apenas escapГі de la garganta del chico.
Tanto Henry como Mick mantuvieron la cabeza baja, negГЎndose a hacer contacto visual o a defender a su amigo. Vince no dijo nada en su propia defensa.
В«Todos van a ir a la escuela y regresarГЎn a casa. Si tienen trabajo, lo harГЎn. Cada uno de ustedes le pagarГЎ a Rinna $ 500 para cubrir los daГ±os y trabajarГЎn en su propiedad todos los fines de semana hasta Navidad. Si quieren hacer algo mГЎs, pregГєntenme primero. Si los sorprendo desobedeciendo, serГЎ confinamiento en mi casa cada vez que no estГ©n en el trabajo, en la escuela o durmiendo. ВїEntendido?В». Era posible que estos tres se acercaran a la edad adulta, pero seguГan contando como niГ±os en la manada. TenГan suerte: si alguno de ellos hubiera tenido un aГ±o mГЎs, el castigo podrГa haber sido mucho peor. Y ahora, para que quedara claro, «¿Alguno de ustedes sabe lo que sucederГЎ en un par de semanas?В». DejГі la pregunta en suspenso, observando a los chicos.
Henry finalmente mirГі hacia arriba y asintiГі entrecortadamente. В«La CumbreВ».
В«ExactamenteВ». Al menos no estaban completamente despistados. В«Es la primera vez en un siglo que los vampiros estarГЎn en este territorio sin una guerra. No lo arruinenВ». Luke los dejГі allГ. Los chicos iban a seguir sus Гіrdenes o no, y si no lo hacГan, Г©l se ocuparГa de ello. Pero ahora mismo necesitaba un trago, una mujer o una pelea. TomarГa cualquiera de esos, pero su mente regresГі a esa cabeza pelirroja en el interior y pensГі que una bebida y una mujer sonaban como una buena combinaciГіn.
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